Ejercicios preliminares para aprender a pintar

Ejercicios preliminares.

1 Antes de empezar a pintar, es conveniente realizar algunos ejercicios.
Lo primero es aprender a encontrar las proporciones de los objetos. Para practicar nos servirán cosas corrientes de la casa.
2 Hay que reducir las formas a lo esencial. Para este ejercicio podemos usar carbonilla o lápiz. Los círculos, vistos en perspectiva, se convierten en elipses. Recordemos que un elipse tiene cuatro partes iguales, por lo que podemos ayudarnos de un eje en horizontal y otro vertical que nos indiquen si el elipse está correctamentejybujado.
3 Estos son dibujos preliminares, como ejercicios para ir tomando la mano al bosquejo. Lo más importante es dominar los elipses, es la forma que se repetirá con mayor asiduidad.
4 Apoyémonos siempre en los ejes. Un truco muy útil para comprobar si el elipse está bien dibujado es mirarlo al revés o a través de un espejo.
5 Lo importante de este ejercicio es reducir las formas intrincadas en otras más simples. Para poder sacar proporciones a escala es bueno tomar medidas con un lápiz o pincel extendiendo el brazo con el codo firme, y cerrando un ojo. Apoyar el pulgar donde termina la distancia que estemos midiendo y trasladarla al papel.
6 Busquemos objetos con formas diferentes y cada vez más complicados; practicar tanto como le sea posible. Tratemos de captar las formas esenciales. No nos detengamos en los detalles, eso vendrá después.

Los colores

En el mundo de la pintura, los colores son obtenidos como resultado de aplicar los pigmentos en un soporte. Conocemos tres colores básicos o primarios.
El amarillo, el azul y el rojo.

Estos tres colores básicos, junto con el blanco sólo pueden ser obtenidos en la pintura por medio de los pigmentos específicos de su color.
Los demás colores y el color negro, sin embargo, se pueden obtener mezclando los pigmentos de los colores básicos. Así, si combinamos un amarillo con un azul obtendríamos un verde; un amarillo con un rojo nos daría un naranja, y mezclando un azul con un rojo, resultará un violeta. A estos nuevos colores los llamamos secundarios.
Si seguimos mezclando los colores secundarios de nuevo con cada uno de los primarios que los forman obtendríamos una nueva gama de colores que llamamos terciarios.

Sin embargo si mezclamos los secundarios con el color primario que no forma parte de su composición, es decir si mezclamos los tres colores primarios obtendríamos en teoría el color negro. En teoría solamente, ya que en la práctica obtendríamos diversos colores más o menos oscuros, a los que llamamos colores tierra, de diferentes tonos en función de las cantidades relativas de los pigmentos mezclados.
En la figura, el triángulo central incluye los tres colores primarios, los colores adyacentes al triángulo central son los colores secundarios y el círculo exterior recoge ordenados los primarios, secundarios y terciarios.

Cómo pintar flores al óleo

1. Seleccionamos los colores a utilizar; recordemos que con la combinación de los tres colores primarios podemos obtener aquellos que necesitamos.
2. En este caso vamos a utilizar los propios: Ocre, amarillo, azul, blanco y verde.
3. Tomamos el carboncillo, nos situamos en el lienzo y comenzamos a dibujar.
4. Como ves aquí, coruinaáícunferen-cia un poco ovalada y un palito en el centro, a modo de pistilo, hemos dibujado la flor.
5. Dibujamos, ahora, el tallo de otra flor que situamos en el fondo.
6. Con el dedo difuminamos un poco la parte superior de la flor, para que veas cómo le damos volumen.
7. Hemos tornado un pooo de cada color y lo hemos puesto en la paleta para comenzar a mezclar. Para el color de fondo hemos mezclado el azul y blanco. El color azul nos va a permitir resaltar el blanco de la cala.
8. Pintaremos este cuadro con espátula para que veas cómo se trabaja con este utensilio. Con la espátula perfilamos la flor.
9. Con el azul, añadiendo tierra sombra tostada hacemos un azul oscuro. Podes hacerlo también con otro tono. Lo colocamos en un lateral del fondo de la flor.
10. Ahora vamos a hacer un tono más claro de azul añadiendo blanco y lo damos en la parte superior del cuadro que será la zona de luces.
11. Vamos a acabar el fondo perfilando los bordes.
12. Este es el acabado del fondo de este cuadro. Ahora vamos a comenzar a pintar la flor.
13. La mezcla de colores para la flor se consigue con blanco, un poquito del azul oscuro que preparamos antes, dando lugar a un tono gris muy claro. Con el tono gris claro obtenido anteriormente y añadiendo amarillo conseguimos la tonalidad para comenzar a dibujar.
14. Tomamos ahora un pincel fino con carga de pintura y pintamos la flor respetando la forma del carboncillo, modelando con la pintura.
15. Hacemos lo mismo con la parte inferior, con carga de pintura.
16. Con el Blanco, vamos a dar un poco de luz para ir dando formas y tomando volumen.
17. Tanto en la parte superior como en la inferior, con pequeñas pinceladas paralelas, le dimos blanco, dejando carga de pintura para luego trabajarla.
18. Con verde, pintamos el tallo de la flor de detrás y con pintura gris claro pintamos la parte de arriba del tallo.
19. Con verde vamos a hager el tallo, tanto de lla flor que-estamoS pintando como de la flor que está detrás.
20. Añadiendo tierra siembra tostada, o cualquier color oscuro, al verde lo oscurecemos. Con este tono, hacemos un filo a la izquierda del tallo.
21. Al color gris que habíamos compuesto para la flor, le añadimos más blanco como vemos en la paleta.
22. Con ese tono vamos a pintar un poco alrededor del pistilo teniendo varios tonos de gris en la flor, ganando variedad cromática. Se puede ver, también, la oscuridad que le hemos dado al tallo de atrás.
23. También pusimos sombras con verde oscuro en la unión de los dos tallos, ya que ambos se dan sombra, terminamos de dar toques con el gris alrededor dej pistilo.
24. Redondeamos la parte superior de la cala. Al pintarla, se mezcla con el carboncillo que cubre, dándole un tono especial.
25. Con el naranja y el ocre vamos a pintar el pistilo al que ensanchamos un poco.
26. Con el gris que tenemos hecho, damos un toque a la flor posterior para que no quede plana.
27. Para resaltar más el borde superior de la flor, en la parte inferior, vamos a dar un poco de oscuridad. Vamos a oscurecer un poco el gris que teníamos añadiéndole marrón oscuro o negro (muy poca cantidad).
28. Con blanco una pizquita de azul, vamos a volver al borde de la flor, modelando en forma de curva con la espátula.
29. Volvemos a oscurecer la parte de abajo de lo que acabamos de pintar, para que resalte aún más.
30. Añadimos más ocre al blanco y, con este color, repasamos un poco la parte superior izquierda de la flor. Continuamos por el lado de la derecha.
31. ContinireMos por el lado de la derecha.
32. Hemos hecho otro color, añadiendo al tono anterior un poco de azul, porque daremos contraste alrededor del pistilo, para conseguir volumen. Le damos, también, unos pequeños toques al lado derecho de la parte inferior de la flor.
33. Seguimos dando profundidad con los tonos de gris, ya sea el mezclado con ocre o con azul. Notemos cómo hemos modelado los trazos desde el pistilo hacia arriba, dando forma redondeada.
34. Con la espátula de canto cargándola de pintura oscura, perfilamos el lado derecho del tallo hacerse despacio, dejando carga de pintura.
35. Volvemos a cargar y hacemos lo mismo con el trozo de tallo pequeño. Aquí tenemos el resultado final. Siendo una flor blanca, la cantidad de grises distintos que hemos usado da como resultado una variedad cromática importante.

Cómo pintar las transparencias

1. Al tratarse de una obra delicada para trabajar (como podrás ver a medida que avancemos), es muy importante que el dibujo sea lo más perfecto posible.Tomamemos algunas medidas para conseguir proporciones correctas.

2. Tras haber preparado un buen boceto es hora de comenzar a dar color a la obra. En esta primera parte, vamos a empezar a aplicar el color en la obra; lo más conveniente es empezar a pintar de atrás hacia adelante, y por tanto daremos color al fondo. A continuación, daremos color a las dos piezas de fruta (pera y mandarina).

3. Un detalle a tener en cuenta: Vamos a pintar el vaso, pero sin pintarlo ya que aparecerá solo mediante la aplicación de pintura a los objetos que lo circundan.

4. Cuando pintes objetos de cristal, hay que pintar los objetos que rodean el cristal tanto por los lados como por detrás y en este caso, para nada tenemos que tocar el vaso.

5. Pintar con el pincel fino en toda la zona inferior del vaso. Aplicar pequeñas pinceladas con los colores de la pera, de la mandarina, del tejido, etc., siempre sin insistir mucho para que no se mezcle todo y acabemos manchando mucho las líneas.

6. Hay que fijarst muy bien en los múltiples colores que vamos poniendo en esa zona inferior del vaso, “el culo” del mismo y “las patas” pues lleva un sinfín de reflejos y serán primordiales para al final dar el realismo a este precioso vaso.

7. Preparar el gris oscuro para darle un punto más oscuro en todas las zonas de las arrugas y pliegues. Hay que ir variando continuamente y mezclarlo con tonos azulados y pequeños toques de naranja suave.

8. Los reflejos en el vaso es un trabajo simple. El primer paso es preparar un gris a base de blanco, gris y pequeñísimo toque de azul (incluso de verde).

9. El gris que preparemos tendrá que ser del valor adecuado. Hay que procurar no pasarse con el blanco. En ningún momento deberá ser cortante, sino que lo tenemos que integrar sutilmente en el conjunto.

10. Es importante que las proporciones de los objetos estén más ajustado posible a la realidad; una mandarina demasiado pequeña, un vaso demasiado estrecho o excesivamente alto sería un mal comienzo para nuestra pintura.

11. La zona del vaso es algo delicada, trata de no equivocarte en el detalle de los objetos de fondo para no tener que hacer correcciones que arruinen el proceso. Hemos usado una foto para inspirarnos, pero disponer de los objetos es mucho mejor.

Cómo hacer tu propio lienzo

MATERIALES:
– Tenazas.
– Grapadora (abrochadura).
– Grapas (broches).
– Martillo
– Cuatro palos de bastidor.
– Cuatro cuñas.
– El lienzo (látela).

Comenzamos encajando los palos del bastidor, pueden ser de distintos tamaños, pero iguales dos a dos.
Con la ayuda del martillo vamos a ir encajándolos. Aquí puede verse la diferencia de tamaño entre los palos del bastidor, que deben montarse con cuidado. Para no estropear la madera tendremos que usar una cuña de madera para pegar los golpes, si no se notará cuando tengamos terminado el lienzo.
Colocamos el último palo para cerrar el cuadrado. Ahora vamos a ver cómo colocamos el bastidor y el lienzo.
El bastidor se coloca con la parte curva hacia adelante y la tela con la parte blanca hacia afuera, en caso contrario el lienzo quedaría marcado con las líneas rectas del bastidor.
Una vez formado el bastidor vamos a colocar el lienzo. Cortamos unos veinte centímetros más que el tamaño del bastidor con un cúter, dejando unos cinco centímetros por cada lado y cubrimos el bastidor. Doblamos ahora el lienzo hacia el interior del bastidor y ponemos una primera grapa. Las grapas deben ponerse de forma oblicua y no paralela al lienzo, ya que podría deshacerse la tela.
En el contrario de donde hemos puesto esa primera grapa, tensamos el lienzo con una pinza, teniendo en cuenta que esté a la misma altura. Después hacemos lo mismo con los otros dos lados paralelos. A partir de aquí, comenzamos a grapar todos los lados. Cuidado en las esquinas Aquí se ven los distintos pasos a dar para las esquinas del lienzo.

Como limpiar los materiales para pintar al óleo

Limpieza de los materiales.

De no limpiar nuestro material podemos encontrarnos con consecuencias: se secan los pinceles con los pelos pegados, no poder despegar el tubo del tapón, etc. Vamos a aprender a limpiar y mantener nuestros materiales para que nos duren.

-Para limpiar los pinceles usamos papel secante, de cocina o cuarto de baño, quitamos el óleo sobrante.
-Una vez retirado el exceso de óleo, humedecemos un trozo de tela sin pelusa en aguarrás y frotamos los pelos hasta dejar el pincel completamente limpio.
-Frotamos y frotamos hasta que el pincel quede limpio de pintura Una vez limpio de óleo, y si no va a ser usado en un tiempo, lo lavamos con jabón común, frotándolo y cargándolo de jabón.
-Frotamos sobre la mano con el pincel cargado de jabón.
-Si se te olvidara lavar el pincel y se seca el óleo en las cerdas del pincel, lo metemos en un frasco con aguarrás durante unas horas para que se diluya el óleo y luego lo limpiaremos como hemos indicado anteriormente.
-Antes de guardarse, los tubos de óleo deben ser limpiados, sobre todo el cuello donde enrosca el tapón. Además tratar de que no queden restos en ninguna parte del tubo, porque es muy pegajoso y podemos manchar la ropa, los ojos, etc.

Como pintar un Girasol al óleo

Girasol al óleo.

Vamos a comenzar nuestro curso directamente pintando un cuadro, para ir familiarizándonos con el manejo del óleo, los pinceles, la espátula, los qoIo-res, las luces y las sombras.
Los materiales que necesitamos para pintar el girasol son: lienzo, pinceles, espátulas, lápiz o carboncillo, goma de borrar y trapos para limpiar. Pinturas al óleo: blanco, azul titán, tierra siena tostado, rosa titán y rosa transparente, amarillo limón medio, amarillo titán, verdes y ocre.

EL DIBUJO.
Nos situamos para empezar a dibujar la flor. Con ün círculo nos ponemos sobre el centro del lienzo.
Dibujamos los pétalos, teniendo era cuenta que no vamos a pintar de frente al girasol. Por lo tanto a la izquierda los haremos más= chicos y a la derecha más largos, dando inclinación a la flor. Si nos equivocamos, borramos con el dedo o con un trapo y rectificamos.

Aquí se ve la flor dibujada con los pétalos alrededor de la circunferencia. Como ves, cada uno es distinto al otro. Les damos movimiento. Ahora le dibujamos hojas.
Damos unos toques de sombra con el carboncillo en el centro del girasol, para hacernos una idea de cómo quedaría y para que nos sirva de orientación.

EL FONDO:
Compondremos varios tonos de verde en la paleta. Para aclarar mezclaremos verde con ocre y para hacer los tonos oscuros añadiremos azul.
Comenzaremos el fondo, usando el pincel ancho. Siempre los lonos oscuros debemos situarlos cerca de los pétalos de la flor, ya que los pétalos irán de amarillo claro y de esta forma daremos contraste.
El fondo es un tenia muy importante que hay tener en cite para obtener un buen resultado. Las pinceladas tienen que tener mucha solttn movimiento hay que perder el miedo al liezo blanco y empezar a disfruta pintando.
Seguimos pintando el fondo. En algunas ocasiones cargamos el pincel con ocre, dando una pincelada, alejándonos de la flor.
Bordeamos y acabamos el fondo de abajo hacia arriba.
Mezclamos las pinceladas de colores mas claros con mas oscuros sin brusquedades ni interrupciones.
Volvernos a preparar más rolor en la palela.
Cambiamos el pincel por la espátula. Sin arraslrai la pintura, sólo peinándola, vamos a repasar la zona pintada, para dar un aca barlo de espátula.
Cargamos el pincel con ocre dando una pincelada alejandonos de la flor.
En la parte superior izquierda del fondo hemos cubierto el lienzo con coloi verde oscuro bordeando los pétalos. Ahora vamos a hacer un tono nuevo.
Al verde que tenemos en el pini el con el que acabamos de pintar, le vamos a añadir un poco de azul y blanco. Con este color en la parte superioi derecha damos unos trazos, para que no quede homogéneo el fondo.
En la mezcla que tenemos de verde y ocre le añadimos un poquito de rosa transparente.
Así como se ve queda finalmente el fondo. Se va cambiando de un tono a otro en forma progresiva, sin brus quedades. Siendo un fondo verde, le hemos añadido distintos colores para que gane ero- matismo.

EL CENTRO DE LA FLOR:
Mezclamos amarillo, verde claro y tierra rosa. Con el color claro damos una pincelada en el centro de la flor y una pincelada a la derecha para empe-zar a dar volumen. Con la mezcla de tierra rosa transparente y verde claro rellenamos el centro de la flor, mezclando con el carboncillo del dibujo, que nos dará oscuridad.
Ahora vamos a mezclar el verde claro con el amarillo. Rellenamos el lado derecho con este color, pero dando pequeños golpes con el pincel, para conseguir el efecto de las semillas del girasol. Con la otra mezcla (tierra rosa y verde) golpeamos el lado izquierdo: cada lado de un color.
Cargamos el pincel de marrón. Damos pequeños golpes en el centro justo de la flor, donde antes habíamos dado color verde.
Aquí podemos ver cómo está quedando el centro de la flor.
Podemos darle un poco más de color oscuro (por ejemplo tierra siena tostado) en la zona de |a izquierda, para tener un mayor contraste. Si no se logra el: resultado querido, lo dejamos secar y pintamos encima: tendrá más volumen (lo que tampoco viene mal).

LOS PÉTALOS:
Ln la paleta preparamos varios tonos de amarillo para ir trabajando los pélalos.
Haremos unos con blanco y amarillo…
Haremos oiro con amarillo y cierra rosa transparente.
Con el amarillo puro haremos una línea por encima del carboncilio, aprovechándolo para teñir un poco el amarillo. Limpiamos el pincel y lo cargamos con la mezcla de amarillo y blanco. Con largas pinceladas, hacemos el pétalo.

Esto que hemos hecho con un pétalo se puede hacer de uno en uno, como se ve que he hecho con los dos primeros, o bien todos a la vez, con un color A amarillo verdoso (verde y amarillo), dándoles sombras a todos los pétalos por un sólo lado.
Aquí se ve el sentido en el que vamos dando las sombras a cada pétalo, hasta llegar a conseguir las sombras en todos los pétalos.
En la paleta hacemos las mezclas con los tonos de colores que vamos a ir utilizando. Con un amarillo muy claro comenzamos a rellenar los pétalos, pintando el lado contrario al que habíamos pintado anteriormente.
Con verde oscuro, vamos a marcar los huecos entre los pétalos.
Con color amarillo | claro hemos ¡do dando pequeños trazos, con forma de curva, dando movimiento, al centro de algunos pétalos.

LAS HOJAS:
Hacemos un color verde apagado, que contraste y no tenga nada que ver con el tono de fondo. Aquí lo intentamos hacer con las sobras de todas las mezclas de la paleta.
Cargamos de pintura el pincel y de un trazo bordeamos la hoja, siempre con movimiento.
Seguimos rellenando la hoja siempre manteniendo el sentido y modelando el óleo. Con verde oscuro, trazamos el tallo que vemos en la izquierda de la hoja.
Hemos puesto una hoja de perfil, pintándola de ese color verde apagado, en el sentido de la hoja. Para que se vea que:; está de perfil, oscurecemos un poco ese tono y hacemos una línea en la parte superior.
Observamos cómo va el dibujo: de vez en cuando hay que tomar distancia para observar cómo está hasta el momento.
Dibujamos otra i hoja cié atrás, que pintamos con verde apagado y pequeños trazos. Añadiendo un poco de verde oscuro, al apagado lo oscurecemos. Con éste pintamos un poco la parte superior de la hoja (la sombra que le da el girasol). A la hoja de perfil le ensanchamos la parte oscura y le pusimos un tallo.

RETOCAMOS EL FONDO:
El fondo tiene que encajar con las flores, de tal manera que una vez pintada la flor ajustaremos los tonos del fondo a ésta.
Componemos un color con tierra rosa transparente, ocre y verde.

El tallo ha quedado casi del mismo color que el fondo. Para diferenciarlos, pintamos con la mezí la que hicimos anteriormente (tierra rosa transparente, y verde) cerca del tallo para resaltarlo. Añadimos un poco más de sombra a la hoja principal.
Aquí está el resultado final.
Observamos como queda el conjunto para seguir trabajando.

FINAL DE LA HOJA DE PERFIL:
En la hoja de perfil, con tierra rosa transparente, pintamos una línea en la parte inferior.
Difuminamos un poco la línea que acabamos de pintar y acabamos con las friojas.

EL FINAL DE LOS PÉTALOS:
Con amarillo y muy poco blanco vamos a ir rellenando los pétalos, dándoles su forma.
Con amarillo damos más fuerza en la punta de los pétalos.

SOMBRAS ENTRE LOS PÉTALOS:
Con el color que hemos rellenado los pétalos terminamos de hacerlo.
En algunos pétalos hemos dado un color amarillo casi blanco, para obtener mayor riqueza de colores.
Oscurecemos el color que estamos utilizando con tierra sombra tostada y vamos a dar sombras entre un pétalo y otro (las sombras que se dan unos pétalos a otros).
Hacemos lo mismo con todos los pétalos.

ÚLTIMOS RETOQUES:
Para compensar un poco hemos puesto una hoja de perfil, color verde apagado y un poco de azul, con un solo trazo.
Con ese mismo color, clamos un poco de sombra a la hoja que está de espaldas que había quedado poco definida.
Finalizamos el cuadro, repasando los pequeños huecos que nos hayan quedado, con el verde del color de fondo. …Y ya está. ¡Felicitaciones por haber pintado tu primer cuadro!

Materiales y utensilios para pintar cuadros al óleo

Materiales y utensilios.
Para realizar los cuadros al óleo utilizaremos fundamentalmente los siguientes materiales y utensilios de trabajo:
– paleta
– lienzos
– óleos
– pinceles
– espátulas
– caballetes
– aguarrás
– trapos

-Los pinceles:
Tenemos una gran variedad de pinceles, que se diferencian por sus: -Formas: plano, redondo, etc.

-Materiales: fibra sintética, pelos de marta, pelos de cerda, etc. -Tamaños: Con el tiempo encontrarás el que te resulte más cómodo. Comenzaremos con uno del n° 2 y otro del n° 12.

-Las espátulas:
Con este utensilio se consigue dejar una mayor carga de pintura que con el pincel. La hoja de la espátula es de acero. Es muy útil para la mezcla de colores en la paleta.

-El caballete es la estructura sobre la que se monta el lienzo para pintar el cuadro. Es un elemento imprescindible porque permite graduar el ángulo para trabajar.

-La paleta establece con el artista un vínculo casi personal. Es importante saber elegir el material, ya que cualquier madera no es apta.

-El lienzo es la tela en la que se pinta, montada sobre un bastidor.

Apuntes de viaje de la historia del arte

Apuntes de un recorrido cotidiano.
A la vista de los apuntes de viaje de la historia del arte, resulta difícil resistirse a la tentación de llevarse consigo en la próxima ocasión un cuaderno de apuntes para esbozar en él todo lo que queramos ver y después recordar y revivir. Pero en espera del próximo viaje, podemos esbozar en nuestras hojas las impresiones de un recorrido cotidiano: por ejemplo, el que hacemos todas las mañanas para ir al trabajo.

¿Cómo y qué dibujar?
El hechizo del dibujo se encuentra también en las infinitas posibilidades de expresión; es decir, los apuntes del recorrido, una vez dibujados, pueden expresar muchas cosas; incluso las sensaciones que, sutiles e impalpables, enriquecen y dan significado a los encuadres y a las perspectivas. Con el dibujo podemos, en efecto, “enlazar” los puntos más significativos del trayecto, aquellos que lo caracterizan por sus aspectos arquitectónicos y paisajísticos, por las perspectivas más sugestivas, por las vistas más interesantes.

Pero podemos también “detenernos” para plasmar los detalles de nuestro camino, aquellos que nos interesan o que despiertan nuestra atención: un portal, una hornacina, un balcón, una callejuela, la corteza de un árbol o el perfil de un farol. Al interés y a la sugestión de lo que vemos al caminar contribuyen ciertamente los efectos de la luz, el juego de las sombras: un muro en sombra, y en la otra parte una pared iluminada, terminada quizá por la línea del tejado; dos muros, dos paredes verticales, que recortan la perspectiva del fondo a plena luz, y en lo alto una franja de cielo entre los tejados; la revelación inesperada de un espacio luminoso, de un paisaje o de un monumento, detrás de un ángulo en sombra…
No nos preocupemos si, concluidos los apuntes, nos parece que el dibujo no nos ha “salido bien”:

• Antes que nada, abandonémonos al placer de la visión y del “conocimiento” del espectáculo que tenemos delante.
• Analicemos después las sensaciones que los diversos momentos del trayecto logran suscitar en nosotros, de sorpresa, de contraste, de luminosidad…
• No nos contentemos con un solo dibujo: en este caso, es fundamental el relato dibujado, la serie de esbozos que consiguen evocar aquel viaje o aquel trayecto, representar los puntos significativos y rememorar los momentos más importantes.

Hoja de unos apuntes de viaje del arquitecto contemporáneo Giovanni Michelucci, atento a la arquitectura del pasado y preocupado de estudiar con anotaciones la planta, los volúmenes, la perspetiva, los detalles.

Como retener conscientemente una imagen

El conocimiento de un ambiente: la Piazza Navona.
Cuando de estudiante acudía a dibujar a la plaza Campidoglio de Roma junto con los compañeros de curso, me quedaba siempre sorprendido y desilusionado ante el espectáculo de los turistas extranjeros: apenas ponían pie en tierra, se lanzaban a disparar rollos enteros de fotografías, para partir de nuevo inmediatamente sin haber visto nada en definitiva, pero con la “satisfacción” de llevarse las imágenes del viaje para enseñárselas a los amigos.

Cómo ver y retener conscientemente una imagen.
Los apuntes de viaje quieren significar precisamente lo contrario: la voluntad de ver, de participar del ambiente mediante el dibujo y así mismo de revivir la atmósfera, reconocer el recorrido y los detalles cada vez que esos apuntes caigan luego en nuestras manos.
Si el lector se encontrara en una plaza, de cualquier ciudad o país, y quisiera conocerla y comprender su espacio, lo mejor sería:

• Dar una vuelta o más por ella tratando de disfrutar del espacio libremente, de descubrir encuadres y detalles, de confundirse con la gente; en una palabra, de participar en la vida del entorno.
• Elegir los puntos significativos de un tramo del recorrido y desde ellos esbozar las perspectivas, cuidando de dejar espacio suficiente al cielo, de dar la justa inclinación a las líneas de la perspectiva, de crear cuando sea posible un juego de primeros planos y de fondos.
• Plasmar en el álbum los detalles que nos resulten curiosos y que nos interesen, con dibujos y esbozos que completen la visión y el recuerdo del conjunto.

En el antiguo circo de Roma.
Para poner un ejemplo de un procedimiento similar, hemos recorrido la Piazza Navona de Roma, emplazada en el mismo lugar en el que estaba el antiguo circo romano. Después de marcar en una lámina los sucesivos puntos de vista del itinerario, presentamos en estas dos páginas algunos esbozos de vistas y de detalles recogidos: una vista del conjunto; un detalle de la cúpula de la iglesia de Santa Agnese, con el primer plano de una de las estatuas de la fuente de los Cuatro Ríos; un detalle de la misma fuente sobre el fondo de la fachada de la iglesia; el episodio de la madonnella, la hornacina situada en la pared de uno de los edificios; y, finalmente, un detalle curioso: una complicada cerradura de una puerta próxima a la iglesia.
Un modo de conocer la plaza, de plasmar y recordar un trayecto, uno entre tantos…