La pintura al aceite tal como viene en tarros debe rebajarse casi un 50 ‘,, pulverizando a unos 25 cm. del trabajo. Las lacas deben rebajaise un 30 , conviene pulverizar a menor distancia y hasta aplicar dos manos, el barniz puede adquirirse adecuado para soplete, el que se destina para aplicar a pincel, se rebaja un 25 ‘,
La presión se mide en libras, de 22 a 30 es conveniente. Lo mismo se debe lograr si usted sopletea a “bomba”. Si las letras se recortan las fijaremos provisoriamente con alfileres, sopleteando sobre ellas, quedando de tal forma la letra determinada. Lo mismo podemos hacer con títulos enteros.
Esto mismo es dable de usar para títulos o letras en carteles. En lugar de encolar el fondo se hará lo propio sobre el lugar marcado para cada letra.
Palabra destacado mediante contraste. Para grabado puede hacerse invertida, rodeando las letras con un recuodro oval.
Muy conveniente para interiores, pudiéndose, llegado el caso, a pintar o decorar grandes superficies. En este último caso se aplica a la pared, una mano de fondo, (minio si es metal), dejando secar correctamente. Luego aplicaremos una mano rápida de cola fría, distribuyendo polvo de corcho molido. Este se adhiere formando una superficie rugosa. Puede repetirse la operación si deseamos una superficie uniforme y gruesa. Finalmente, cuando halla secado, aplicaremos pintura al aceite, formándose una superficie de característica artística.
Actualmente pueden adquirirse gran variedad de materiales de. recubrimiento, sobre todo plásticos. Que no permitirán trabajar rápidamente en la aplicación de fondos. También podemos recortar letras en metal, bronce, cobre, aluminio, plásticos, etc. y adherirlas a los fondos. En otros casos podemos preparar la letra en relieve con planchas de corcho, cartón o simplemente con pintura “al corcho”, que pasamos a detallar.
La pistola debe estar en movimiento permanente mientras funcione o se oprima el galillo. Superponga las pasadas por su parte media, nunca dejando claros. La correcta distancia en sopletes comunes es de unos 20 ó 25 cm. Todo depende de la fluidez de la pintura.
Las pruebas para el buen funcionamiento se hacen generalmente mediante una cartulina que se aproxima a unos 15 o 20 cm. La proyección nos indica si debemos comenzar el trabajo, (es un amplio óvalo con pintura bien distribuida muy atomizada en los contornos). Si la presión es insuficiente o la entrada de aire se encuentra algo obstníTda o sucia Su salida, también tendremos dificultades en el pulverizado.
Otro buen procedimiento para superficies, grandes o chicas se simplifica con el empleo del soplete, eléctrico o manual . Si contamos con fuente de energía eléctrica el soplete es irreemplazable. El trabajo se lleva a cabo prolija y rápidamente. Será necesario controlar el “pico” pulverizador manteniéndolo limpio y ajustado. La pintura muy fluida y colada.
También es posible “enduir”‘ la superficie con masilla mediante una espátula; este “enduído” permite una superficie sumamente lisa y prolija.
La masilla mas bien blanda se extiende en una fina capa por secciones. Si notáramos alguna diferencia puede rebajarse con papel de lija “00″.
Los fondos de los carteles murales pueden trabajarse a pincel, a rodillo, a soplete, a espátula o con procedimientos especiales. El pincel estará de acuerdo a la pintura, lugar y superficie. Para pintar con rodillo podemos usar los que se venden en los negocios de plaza y que tienen distintas características. Algunos son simples rodillos con agarraderas.
