LOS PINCELES Y SUS TIPOS.
Este utensilio, fundamental para el pintor, se compone de un mechón de cerda o de fibras, que se sujeta en el extremo de una varilla de madera o metálica. Es el instrumento más cómodo y el más universal para aplicar la pintura. La elección del pincel debe orientarse sobre todo por la calidad. Para conservarlos es imprescindible su limpieza al final de cada sesión, con jabón y agua, caliente si fuera necesario. Ejercitarse con este útil es muy aconsejable: la soltura en su manejo nos facilitará el trabajo, en cuanto a la rapidez y al mejor ajuste de las formas.
PLANOS:
Muy semejantes a los cuadrados, pero sus cerdas son más largas, por lo que permiten cargar más pintura.
FILBERTS:
También llamados pinceles de «lengua de gato», son más anchos que los redondos, y se curvan ligeramente hacia adelante.
PELO DE MARTA:
Son más suaves que los de cerda, 1/ semejantes en suavidad a los de meloncillo y oreja de buey. Resultan muy útiles para realizar perfiles los redondos de pelo de marta o de meloncillo.
CUADRADOS:
Tienen las cerdas cortas, y su extremo presenta forma cuadrada.
REDONDOS:
Son los de pelo de marta o de meloncillo, que poseen una punta extremadamente aguda. Especialmente recomendados.
PELO DE CERDA:
Este tipo de pinceles son duros, y se utilizan en la variedad «Filberts» para manchar grandes superficies. Son recomendables los de pelo largo.