Paul Klee en Túnez.
En los cuadros de Klee se reflejan a menudo las experiencias de los paisajes vistos por el pintor: así durante un largo período, los ecos del viaje realizado a Túnez (que contribuyó a revelarle el sentido del color se aprecian con claridad en las manchas coloreadas de sus cuadros.
Cuando lo objetivo asoma en lo abstracto.
En una composición abstracta, sobre colores brillantes y recortados, se mueven formas, signos, arabescos que evocan, junto a los fuertes tonos del color, recuerdos de un mundo objetivo: el mar, el desierto, el sol. casas, cúpulas, árboles, jardines. De estas láminas, en apariencia tan lejanas de la realidad, brotan así recuerdos de los paisajes: el azul que transporta a los mares del Sur, el rosa y el amarillo que evocan las dunas del desierto, el verde de la vegetación tropical. Por lo demás, el propio Klee ha dicho: «El objeto es el mundo, aunque no este mundo visible.»