DIBUJEMOS UNA MANZANA.
Como hemos visto, el trabajo del visualizer consiste en realizar el layout final completo, con los dibujos y los textos definitivos. Nos ocuparemos ahora del elemento más importante del layout: el dibujo. Cada visualizer elabora con el paso del tiempo una característica personal, un estilo propio: muchos trabajan con el marker de punta fina; otros, con el de punta gruesa, y otros finalmente emplean una técnica mixta. Trataré de explicar los pequeños secretos de algunas técnicas empleadas por los visualizer.
Empecemos por el dibujo de una manzana, realizado con markers de punta fina; luego analizaremos uno más complejo, como el dibujo de una botella, para llegar gradualmente al dibujo de figuras. Consideremos el layout de la manzana, reproducido en la página: obviamente, el dibujo irá acompañado de una leyenda, pero por ahora no nos ocuparemos de ella. De hecho, muchas veces en esta fase inicial todavía no se ha establecido el texto definitivo; solamente se indica el espacio que ocupará con una serie de letras del alfabeto: se trata de una práctica muy corriente que permite elegir los caracteres más adecuados para el tipo de diseño. Comencemos por observar con la máxima atención el objeto que se ha de reproducir. Se dice que un objeto dibujado por un diseñador gráfico debe ser sintético como una señal de tráfico. Su forma debe expresar de forma inmediata la idea de lo que se quiere reproducir. Una manzana se puede pintar de azul, siempre que la forma sea la típica de la fruta; en cambio, el color «rojo manzana», sin las líneas esenciales de la manzana, nunca evocará la imagen deseada.
Así pues, tratemos de dibujar una manzana. Geométricamente, tiene una forma redondeada que se alarga y se estrecha hacia la punta. Faltan ahora tres trazos que transformarán este óvalo en una manzana.