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Uso del compas en dibujo tecnico

EL COMPÁS Y LA PLANTILLA DE CURVAS.

El compás es otro instrumento fundamental para la ejecución del dibujo geométrico. Pero, incluso más que un medio para dibujar, y especialmente para trazar circunferencias, el compás es un instrumento de gran utilidad para transportar segmentos y para realizar construcciones geométricas de figuras planas. En esencia, está constituido por dos ramas de igual longitud unidas por una articulación que le permite tomar la inclinación deseada: la apertura de la articulación se regula por medio de un tornillo, de modo que el ángulo que forman ambas ramas se mantiene sin alteración durante el uso bajo la presión de la mano. Cuando las dos ramas terminan en punta, el compás sirve para transportar las medidas de segmentos (de cierta longitud) desde una posición a otra; si una de las puntas es trazadora (es decir, si está provista de una mina de grafito o de dos laminillas metálicas entre las que se puede introducir la tinta china), sirve para trazar circunferencias de centro y radio arbitrarios.
Para comprender la importancia de un instrumento de este tipo, bastará pensar en la enorme cantidad de problemas resolubles con el solo uso de la regla y del compás y, en especial, en lo indispensable que es para toda clase de construcciones geométricas.
Los geómetras de la antigua Grecia se imponían, en las operaciones geométricas, el uso exclusivo de la recta y de la circunferencia y, aunque renunciaban así a la resolución de muchos problemas, consiguieron intuir las condiciones en que un problema puede resolverse de esta manera.

En realidad, todo problema que pueda resolverse con la regla y el compás también encuentra solución con el uso exclusivo del compás, que permite definir tanto el punto común a dos rectas como los puntos comunes a una recta y a una circunferencia por medio de construcciones mucho más sencilias de lo que podemos imaginar. En los ejemplos siguientes se muestran algunos de los problemas que se presentan con más frecuencia, como son las construcciones de la bisectriz de un ángulo, o la construcción de figuras planas, como el triángulo, el pentágono o el hexágono.
Pero el compás, y, por tanto, la circunferencia, sirven esencialmente a los geómetras, los arquitectos, los artistas y los dibujantes para definir las proporciones de los cuerpos de edificios o de la figura humana,
es decir, como módulo y medida proporcional y generatriz.

Existen también compases especiales. Para trazar circunferencias de radio muy pequeño, se utiliza el instrumento denominado bigotera, que es un compás de dimensiones más pequeñas que las usuales, perfectamente calibrado y equilibrado, que se caracteriza por la particularidad de que la rama móvil, en vez de aproximarse o separarse manualmente de la rama fija, dispone de un dispositivo roscado que permite variar la apertura con la máxima precisión.
Para trazar circunferencias de gran radio se utiliza el compás recto. Este compás está formado, en lugar de por dos ramas articuladas, por una regla larga en cuyos extremos están montados, por un lado, una punta metálica que se fija al tablero de dibujo, como centro de rotación y, en el otro, una punta trazadora que, por medio de un dispositivo adecuado, puede fijarse sobre la regla a la distancia deseada del centro.

Para circunferencias de radio aún mayor y que no necesiten una gran precisión se puede utilizar un cordel, fijado por un extremo, por medio de una punta, al centro de la circunferencia y que lleva, en el otro extremo, una tiza o mina de grafito para trazar la circunferencia.
Además de los compases se utilizan las plantillas de curvas (plantillas de material plástico transparente o de madera, aserradas y recortadas también por su parte interior, según diversas curvas) para el trazado de curvas de varios centros.